Encuentro emotivo
En mi compra compulsiva virtual anterior (la de las botas de juguete ¿se acuerdan?) había comprado una cartera que nunca llegó al hotel a tiempo. La di por pérdida, la lloré, la olvidé.
La buena noticia es que la persona que tenía que traer mis cosas en ese momento, volvió al mismo hotel y la cartera estaba ahí tirada, esperando que la reclamen. Pronto nos reuniremos y viviremos felices... hasta que me la roben o se rompa, que es lo que siempre le sucede a mis carteras :)