Una birome no se le niega a nadie
En la hora del almuerzo quería escribir pero no tenía birome. Le pedí prestado al chico del bar "¿tendrías una birome para prestarme?", "sisi ya te traigo" [al rato] "perdona que te moleste pero te acordas que te había pedido una birome", "sisi ya te la doy"
Y así estuvimos hasta que me fui. Yo la iba a devolver. Una birome no se le niega a nadie.