Te pago para que sonrías
Para contrarrestar la mala cara que produce el cansancio y el bajón de fin de año, en mi trabajo, decidieron que colgar caritas felices del techo iba a ser “motivador”. Ahora los empleados somos observados constantemente por caritas felices. Algunos no pueden evitar imitar a estas hojas de papel, otros sonríen para no llevar la contra y unos pocos (entre los que me incluyo) estamos aterrorizados ante los cientos de cabezas sin cuerpo, de mirada omnipresente y sonrisa más falsa que billete de $3.
Un espanto!! Estan re locos los de RRHH de tu empresa :P
Lo que me estoy riendo no tiene nombre. Es excelente este blog. Un beso! Sigo leyendo...
Gracias Flor !! :D Besos
Laura Diaz