Rico y pobre miden lo que uno tiene o no tiene pero si analizamos cómo se relaciona el hombre con el dinero la gama es más amplia y poco importa el monto. Es una cuestión de actitud.
Medido, relajado: si tengo gasto, si no tengo no gasto.
Nervioso, obsesivo: saca cuentas, suma, resta, hace tablas, pregunta el precio de todo lo que ve, compara, habla mucho de plata "¡qué caro!", "¿cuánto te salió esto?".
Derrochador: compra, gasta, regala sin límite, sin cuestionamientos. Generalmente tiene dinero.
Inconsciente: gasta aunque se tenga que endeudar, pedir prestado, no pueda pagar cuentas, no comer la última semana del mes. Sería un derrochador pero sin efectivo.
Escondedor de billetes: siempre está guardando para algo, ni siquiera sabe para qué. Abajo del colchón, bolsillos de camperas... tiene tantos escondites que hasta se olvida.
Ahorrador: guarda plata porque tiene un fin.
Precavido: no se lo impone como ley, ni un monto fijo pero siempre tiene o trata de tener algo "por las dudas".
Generoso: no tiene problema en gastar por y para otros, incluso en prestar y luego no pedir, invitar una comida.
Tacaño, amarrete: tiene problema en gastar por y para otros, ni hablar de prestar o invitar una comida. No solo para otros sino también en gastar por y para él.
Rata: para mi un escalón más arriba que el tacaño porque el tacaño no gasta ni pide temiendo que luego sea su turno de poner algunas monedas; pero la rata siempre está esperando, trabajando para conseguir algo "de arriba".