11.8.09
gravatar

En un laberinto


Paso noches y noches dándole vueltas a las mismas preguntas sin lograr obtener una respuesta. Me quedó dormida pero se que no descansó, parece que mi cabeza cuando se trata de maquinar nunca se detiene, y me levantó enojada. La tristeza, por ahora, en segundo plano porque no hay lugar para lágrimas cuando uno tiene tanto en qué pensar. El pasado me acosa y el futuro, como siempre, me paraliza ... más ahora que debo enfrentarlo sola y mi mente ya se había hecho una bonita imagen de una vida compartida.

Estoy encerrada en mi propio laberinto construido de temores, penas, locuras propias y ajenas. Es difícil caminar y proyectar con una cabeza distraída y un corazón mal herido. En obvia desventaja y sin rumbo, de todas formas, no paro de correr porque eso es lo que hay que hacer ¿no?

La rutina es más agobiante que nunca pero irónicamente hoy es mi salvación. Llegar a casa significa tiempo a solas conmigo, eso inevitablemente me lleva a divagar en silencio para mi insatisfacción e incomodidad y ya no quiero pensar. Lo mejor es cuando me invade la ira, al menos, en esos momentos siento algo.