¿Y si...?
Armando la valija uno tiene pensamientos descabellados. Por ejemplo: ¿Y si alguien me invita a correr a la playa?
Uno se autoresponde lógicamente
(1) ¿Quién me va a invitar a correr a la playa?
(2) ¿Por qué yo iría a correr a la playa?
(3) Si estamos trabajando ¿cuándo vamos a ir a correr a la playa?
(4) Podría pasar, por las dudas llevo zapatillas
Y así es que uno termina llevando valija, bolso y bolso de mano para cuatro días. Puede que sea un exceso, puede.